Para hoy, trataremos un tema para abrir debate; un tanto filosófico y conceptual. Abordemos, pues, el fenómeno muy contrastado en la actualidad y conocido como la desinformación en Internet.
El daño posible en la sociedad y la democracia cuando se difunden frívolamente ideas infundadas, bulos y se desinforma más que informar. Este nuevo entorno se relaciona con la rebelión de las masas orteguiana y se denomina rebelión de la ignorancia.
Se reflexiona sobre la profusión de comentarios donde todas las opiniones y juicios de valor parecen valer lo mismo y dificultan distinguir los argumentos ecuánimes basados en datos o en criterios fundamentados de las improvisaciones infundadas, los arrebatos emocionales o las actitudes fanáticas. El populismo hace estragos en todos los ámbitos porque se ampara en la intransigencia de los dogmatismos alimentados por la facilidad de acceso a la información en Internet.
La ignorancia es un problema que ha existido siempre y se basa en que la gente habla sobre cosas sobre las que no está bien documentado o, lo que es peor, se creen todo lo que oyen o leen, sin comprobar la veracidad de la información y/o las fuentes de la misma. Si a este hecho le añadimos la cantidad de información a la que hoy tenemos acceso a través de internet y las redes sociales, la catástrofe está servida.
Hace mucho tiempo, el filósofo Sócrates fue condenado a muerte por ignorancia de los atenienses. En “la apología de Sócrates” se describe una Atenas ignorante y prepotente, donde se creía saber de todo. Sócrates no se consideraba el más sabio, simplemente era consciente de todo lo que le faltaba por saber, de allí su famosa frase que ha pasado a la historia: “Yo solo sé, que no se nada”.
“Es sorprendente en la era de la revolución tecnológica y de la información, el ciudadano esté más desinformado que nunca”
Para poder llegar a esta conclusión, indagó y diálogo con todos aquellos que se creían sabios o expertos en alguna materia y que todo el mundo los tomaba como tal, desmontando uno a uno sus argumentos. Este hecho fue motivado por Querefonté, uno de sus mejores amigos, que lo animó a visitar el oráculo de Delfos.
El oráculo le confesó que no había nadie más sabio que él y Sócrates se encaminó a examinar a todos los sabios para demostrarles que se equivocaba. Tras haber estudiado a muchos sabios: políticos, artistas y poetas concluyó que eran ignorantes, ya que creían saber lo que no sabían, lo que le provocó ganarse muchas enemistades, las cuales le acabaron condenando a muerte.
“No hay peor arma que un ignorante que se cree sabio y que tiene la capacidad de trasladar su mensaje al mundo mediante las redes sociales”
Los atenienses, como muchos de los ciudadanos en la actualidad, ignoraban lo fundamental de la vida: como la verdad, la virtud y la felicidad…, puesto que nunca se preguntaban por esos temas y simplemente se interesaban por lo material, como sigue ocurriendo hoy en día. Es sorprendente, que, tras tantos siglos, el ser humano siga sufriendo los mismos males y que, en la era de la revolución tecnológica y de la información, el ciudadano esté más desinformado que nunca.
Conclusiones sobre la falta de rigor de las informaciones y las opiniones
- Hay que saber que, el usuario general de la red tiende a reforzar sus creencias sin salir de su entorno para contrastar la información y la opinión que recibe. Se identifica con el grupo social, cultural o con su círculo de interés y se pierde capacidad para enjuiciar una perspectiva fija que puede ser prejuiciosa. No se advierte que la tribu no se elige porque se está en ella.
¿A qué se debe la rebelión de la ignorancia en Internet?
La rebelión de la ignorancia en Internet se debe en gran parte a la pérdida de la retórica, un conjunto de reglas y de instrucciones aplicadas a la regulación del debate en público, sobreviven muchas reglas similares en la sociedad actual, dispersas en las distintas especialidades científicas y profesionales, y también en la vida cotidiana. En el mundo científico, las revistas más solventes envían los artículos a científicos para que los examinen y comprueben si el trabajo es correcto y garanticen la idoneidad de las conclusiones. En el ámbito profesional hay métodos para distinguir las propuestas y planes adecuados de los desmesurados e inviables. En la producción industrial, los controles de calidad sirven para mejorar los productos. En el entorno de los servicios, los usuarios y consumidores califican y aprueban o desaprueban la atención recibida. Todas son muestras dispersas de la función que ejercía la antigua retórica para separar la exposición fundada de la infundada.
Para terminar, sabemos que pasamos interminables horas leyendo y escuchando noticias falsas (Fake News), lo que acentúa nuestra ignorancia. Aunque esta ignorancia, a diferencia de épocas pasadas, no las asumamos como tal, y creamos que sabemos lo que no sabemos. Definimos Fake News como “historias promovidas tanto por los medios como por los políticos, tomando únicamente la información que más les interesa».
Pendientes, abordaremos más acerca del tema de la desinformación y la calidad de lo que leemos en blogs venideros.