¿CÓMO COMBATIR LA INFOXICACIÓN CON CURACIÓN DE CONTENIDOS?

¡Lo prometido es deuda! Después unos meses, regresamos para abrir las cavernas obscuras de los debates. La información puede ser un arma de doble filo con muchas ventajas pero también con muchos problemas asociados entre los que se encuentra el no saber cómo combatir la infoxicación.

Las patologías relacionadas con el mundo digital son muchas y variadas y ya no se ciñen a una simple nomobofia o al esqueleto de portátil.

¿Qué es la infoxicación?


La infoxicación, también conocida como sobrecarga informativa e incluso como infobesidad, es el estado en el que se encuentra una persona cuando recibe un exceso de información sobre un tema en concreto o incluso cuando tiene que tomar una decisión

A todas las patologías Social Media surgidas por el avance de las tecnologías y que ya existían, se les une el grave problema de una creación de contenidos desmesurada y que no se ve correspondida por la capacidad de los usuarios de absorber toda esa información que se está generando.

Afortunadamente, el panorama no es apocalíptico y las soluciones a esta situación también son cada vez más, sólo debemos ser conscientes del problema y mostrar un firme compromiso para solucionarlo.

¿Cómo combatir la infoxicación en primera persona?


Como te decía en el párrafo anterior, una vez que sabemos que existe el problema, que es cada vez mayor y que incluso Google lo tiene muy en cuenta, el siguiente paso es aplicar medidas correctoras.

En los tiempos en los que vivimos cada vez estamos más expuestos a infoxicarnos por la cantidad ingente de “ruido” informativo que hay a nuestro alrededor.

Cualquier cuestión sobre cualquier tema que se nos ocurra tiene su aclaración en la red y miles de referencias para la misma consulta nos “sacan” de dudas en un par de movimientos de ratón.

Atrás quedan los tiempos en que nos pasábamos horas tratando de localizar en la enciclopedia del salón esa información que resolvía nuestras preguntas.

Ahora simplemente con teclear el término principal (ya ni tan siquiera la frase completa es necesaria) San Google nos devuelve en algunos casos miles de resultados de búsqueda en milésimas de segundos.

Esto sería genial si no fuera porque tal cantidad de respuestas (no siempre adecuadas a nuestra búsqueda) es lo que precisamente nos lleva a sufrir un elevado grado de sobrecarga informativa y a soportar un riesgo elevado de acceder a una noticia falsa.

La infoxicación convierte una oportunidad inmejorable de información disponible en un problema de magnitudes insospechadas.

El exceso de información hace que los problemas se multipliquen como setas.

Algunos problemas derivados de la sobrecarga informativa:

  1. Dificulta la “escucha adecuada” de lo que realmente quiere y necesita el usuario.
  2. Supone un mayor esfuerzo para las marcas y los profesionales que tienen que trabajar cada vez más para hacer llegar su mensaje al receptor adecuado.
  3. Aumenta el riesgo implícito de acceder a datos inexactos o falsos que se consideran como ciertos.
  4. Se limita y dificulta el poder encontrar fuentes de datos que aporten contenidos de calidad.
  5. Crecen desmesuradamente el tiempo y los recursos a invertir en elaborar contenidos de calidad.

Y ¿qué podemos hacer ante tal volumen de ruido y de datos?

Pues una solución rápida y muy efectiva consiste en hacer una primera criba donde elegir fuentes de información en base a criterios de calidad, de confianza y de credibilidad.

La relevancia y la credibilidad son dos de nuestras armas secretas para combatir la infoxicación.

Y esta criba se muestra en dos sentidos.

A saber.

1.- Si creamos contenidos que aporten valor a nuestros usuarios finalmente estaremos dentro de esas fuentes “saludables” que permanecen en el radar de los que nos consultan.

2.- Si conseguimos mostrarnos como una marca que “comparte” contenido de terceros que es de calidad, original, diferente y en el que las fuentes utilizadas son reales y verificadas, conseguiremos esa credibilidad de la que hablaba y que también ayuda a marcarnos en la mente de muchos como fuente de referencia a la hora de compartir y consultar contenidos.

¿Qué es la curación de contenidos?


La curación de contenidos traducida así por su término en inglés, content curation, es una técnica de marketing que consiste en hacer llegar a la audiencia, la información más relevante a través de canales de distribución digitales (blogs, redes sociales, páginas web, etc.) garantizando esa relevancia mediante procesos de búsqueda, recopilación, filtrado, selección y edición, tanto de las fuentes de información en sí mismas como de los propios contenidos a difundir.

La curación de contenidos como arma contra la infoxicación


En línea con lo anterior ya te puedo ir adelantando que la labor de curación de contenidos no es compartir lo último que se publica.

Detrás de esta acción de marketing hay una serie de tareas estudiadas que deben tener a la calidad como premisa fundamental.

Así, el curador de contenidos deberá investigar, filtrar, crear, aportar valor y compartir el contenido, y todo ello respetando no hacer más ruido del necesario.

¿Algo es mejor que nada? La respuesta es sí pero menos es muchas veces más.

Por eso la curación de contenidos ha de ser tan exquisitamente medida, para que un mínimo de contenidos compartidos dé los mejores resultados posibles.

Buscando fuentes con credibilidad a través de la curación de contenidos

Para empezar con el proceso de buscar fuentes veraces deberemos hacernos algunas preguntas.

  • ¿Cómo conseguimos tener a mano fuentes creíbles y de referencia?

Para tener a mano fuentes creíbles, no nos queda de otra que investigar y comprobar hasta que podamos dar a esa fuente el voto de credibilidad que nos garantice su uso automático.

Una de las técnicas más usadas es dejarnos llevar por los referentes de moda o por aquellos que copan el mercado de los más consultados.

¡Cuidado!

Porque no todo lo que se escribe en grandes blogs es cierto y, a veces, la costumbre de utilizar datos “populares” lleva a divulgar datos imprecisos o falsos que directamente nos hacen entrar en el bucle de la desinformación.

Para evitar esto, unas veces utilizaremos nuestros conocimientos y nuestro sentido común para testear la información y en otras ocasiones, buscaremos contrastar la información con otras fuentes.

  • ¿Qué criterios hay que seguir para elegir entre unas fuentes y otras?

El primer criterio a seguir es el de la idoneidad para con nuestros lectores, ellos son los primeros en los que debemos pensar a la hora de compartir información.

Recordemos que principalmente buscan soluciones o información sobre distintas temáticas que les afectan en mayor o menor medida.

Pasado el punto de la audiencia y los temas acordes con sus necesidades, deberemos buscar frescura.

Hay muchas fuentes de referencia que no publican con demasiada asiduidad, incluso algunos sólo lo hacen de forma mensual.

Pero el punto de inflexión no se encuentra en la frecuencia sino en la frescura de los temas y los datos que ofrecen.

Que una fuente constantemente incluya referencias a artículos o datos de hace tiempo (un par de años, por ejemplo), nos puede llevar a pensar que se ha convertido en una fuente un tanto demodé.

El aporte de valor y los datos trasnochados no es que sean precisamente los mejores amigos, por este motivo, deberemos estar atentos y cuidar este tipo de detalles.

Así mismo, una fuente que siempre enlaza como referencia a las mismas fuentes puede mostrarnos dos cosas: “amiguismo” o falta de creatividad y de labor de investigación.

Ninguna de las dos ayuda a una fuente a ser veraz y a ganar puntos en cuanto a credibilidad y recordemos que las fuentes no veraces son las más susceptibles de ser consideradas protectoras de la infoxicación.

  • ¿Cómo hacemos para acceder de forma rápida a fuentes que nos den información veraz y actual?

El abanico de posibilidades es grande pero todas estas posibilidades se ciernen en torno a una piedra angular común.

Una piedra base que soporta unos cimientos de búsqueda robustos y que eliminan al máximo el ruido innecesario y reducen al mínimo el riesgo de desinformación.

A su vez, nos permiten optimizar los tiempos destinados a curación de contenidos y un ahorro de minutos en nuestro día a día siempre es de agradecer, ¿cierto?

Todos contamos en nuestra cabeza con una lista de fuentes que tenemos en mente y a la que dirigirnos pero no nos engañemos, esta lista de fuentes es tan limitada como volátil.

Se impone una lista más profesional que nos aporte un extra de rapidez y productividad.

Así, las herramientas de gestión de contenido que nos permiten acceder a contenido de calidad sobre diferentes temas son la solución.

Y en este sentido tenemos unas cuantas propuestas, siendo las que te muestro a continuación algunas de las más usadas:

1.- Scoop.it

2.- Feedly

3.- Paper.li

4.- Flipboard

5.- Hootsuite

6.- Tweetdeck

 

Pero no acaban aquí las propuestas, porque también podemos suscribirnos directamente a las publicaciones de blogueros que consideramos referentes y relevantes en el sector, para que automáticamente nos lleguen sus artículos cada vez que se publican.

Y si lo que queremos es contenido visual, ¿por qué no darle una oportunidad a Slideshare?

A veces una buena presentación puede llevarnos a un contenido de calidad con el que no contábamos.

Conclusión

Nuestro objetivo pasa por hacernos con una lista de fuentes que nos sirva de guía.

Esta lista será de nuestra total confianza y de ella podremos extraer la información que necesitemos sin tener que volvernos locos y sin tener que consultar miles de resultados posibles perdiendo un tiempo que no tenemos.

Sí, buscamos ahorrar tiempo, o mejor dicho, buscamos no malgastar nuestro tiempo en información no deseada que nos pueda provocar desinformación.

Queremos afinar nuestras búsquedas para separar la paja del grano y la mejor forma de hacerlo es poniendo límites de búsqueda en esa información.

Queremos ver los árboles más allá del bosque y cribar y seleccionar desde el inicio de la búsqueda de fuentes de contenido hace que disminuya el riesgo de infoxicación en un porcentaje bastante elevado.

Asi las cosas, ¿qué recursos pones en práctica tú para evitar la infoxicación?

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